Exposición “Los caminos de la vida” de Miguel Saavedra
Publicado por
veoarte54
lunes, 31 de mayo de 2010
El artista plástico Iquiteño Miguel Saavedra presenta la exposición individual titulada “Los caminos de la vida” donde nos muestra el discurrir de la vida en Iquitos a través de cuadros llenos de vida y esperanza. La inauguración es este jueves 20 de mayo a las 7:30 pm en la Galería de la Escuela Superior de Arte Victor Morey Peña (Sargento Lores 865 – Iquitos)
Miguel Saavedra Arévalo es conocido por nosotros al haber participado y obtenido una mención honrosa en el XVII CONCURSO NACIONAL DE ARTISTAS JOVENES 2007, con sede en Arequipa. Cuenta otros méritos como el Tercer Premio del 8° Concurso Pasaporte para un artista, organizado por la Embajada de Francia en Perú en el 2005 y el Premio Regional de Fomento a la Cultura, otorgado por el INC-Loreto en el 2006.
A continuación el texto de presentación escrito por Paco Bardales y algunas obras de Saavedra publicadas en el Blog Diario de IQT.
Crónicas pictóricas sobre el caos tropical
La Amazonía peruana está cambiando vertiginosamente. Diariamente encontramos testimonios, en sus ciudades y espacios, de aquel inédito clima de efervescencia. Resabios de cosmopolitismo y modernidad eclosionan con montañas de tradición y corrientes de marginalidad, produciendo en la mente y en el rastro de esquinas, parques, plazas y paredes un catálogo de imágenes multicolores que se nutre – caótica pero coherentemente – de arpegios, melodías y estruendos sin par.
Uno de aquellos artistas que mejor ha retratado esta permanente metamorfosis es Miguel Saavedra (Iquitos, 1976). Enarbolando conceptos estéticos que nacen de las pulsiones básicas y el ardor, no sólo plasma la urbe y sus vericuetos, sino también exhibe la composición genética de su espíritu y las características de la difícil transición hacia lo posmoderno. Con técnica depurada e innegable talento expone el sonido, sabor y textura de las ciudades y los personajes amazónicos.
Saavedra cree que el sentido de las expresiones debe estar afincado en el tiempo y el contexto en que estas se manifiestan. Aquella naturaleza se nutre de variadas fuentes, pero en última instancia – a través del misterio, la iconografía popular, el erotismo y la religión – logra dar orden a su obsesión genésica, relatando crónicamente las formas (sinfónicas o disonantes) del caos tropical del nuevo siglo que nos gobierna.
Saavedra trabaja con el deseo de trascender las dimensiones de sus cuadros y nutrir de espíritu lo que retrata. Ineluctablemente, erigido como trovador y vehículo que testimonia el infortunio o la ironía, es consciente que la calidad y el saber no resultan necesariamente del milagro ni del azar, sino de una combinación implacable de voluntad, trabajo, artesanía y, claro está, mucha paciencia. Allí explota sin remilgos su “anti estética”, estilo predominante y autosuficiente en esencia, que es también pasaporte hacia la coherencia y lo sutil, así como composición totalizadora del magma que lo sustenta.
Paco Bardales
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